“Y esas pastillas, ¿qué?”, le cuestionó a Eugenia la médica que la atendió dentro del área de urgencias en el Hospital General de Zona No. 3 del IMSS, a donde Eugenia acudió después de que una ginecóloga particular le indicara que tenía un aborto espontáneo en evolución y era necesario hacerle un legrado.
Eugenia fue trasladada al quirófano para que le realizaran el legrado, en ese momento ya se encontraban esperándola dos agentes del Ministerio Público y dos abogadas defensoras de oficio, pues el hospital había dado aviso del caso a la Fiscalía General del Estado. Ante el asedio de los agentes, Eugenia les contó que en mayo había intentado abortar. Por la mañana recibió la visita de una trabajadora social, quien le narró sus penurias como madre soltera, en una especie de regaño.
El día que la dieron de alta, Eugenia no recibió ninguna información sobre su incapacidad médica, así que tuvo que regresar al día siguiente para tramitarla y surtir la receta. Afuera se enteró que mientras ella era atendida, el personal del hospital había interrogado a su pareja, quien también les había contado sobre el intento de aborto en mayo, por lo que una de las abogadas de oficio le pidió que ya no diera más información, pues ahora la Fiscalía lo buscaba a él para que le “otorgara el perdón” a Eugenia y así ya no se procediera legalmente en su contra.
Eugenia fue citada a comparecer en el Centro de Justicia para las Mujeres para que se definiera el destino de los restos del producto y, como no acudió, recibió otro citatorio ahora en calidad de imputada, por lo que tuvo que presentar un escrito señalando que ella no contaba con los recursos para dar destino final a los restos y que los ponía a disposición del Ministerio Público.•
Lizbeth ingresó al Hospital de la Mujer. El personal de salud que la recibió comenzó a hacerle varias preguntas sobre lo que había ocurrido con ella. Al mismo tiempo, personal de la Fiscalía General del Estado intervenía con una entrevista completa, durante la cual estuvo presente un hombre que se presentó como su abogado defensor. Mientras Lizbeth aguantaba el asedio y los cuestionamientos, su abogado se sumaba a las voces que la intervinieron indicando que tenía que declarar con la verdad y no aceptar ningún tipo de estudio. Ella procedió a firmar algunas hojas con la esperanza de pronto poder salir de aquel lugar. Lo último que Lizbeth escuchó fue al personal de la Fiscalía diciéndole: “puede irse a su casa, nosotros determinaremos lo conducente a su caso’’.•
Guadalupe llegó acompañada por sus padres al área de urgencias del Hospital de la Mujer. Después de una revisión, les informaron que no presentaba desprendimiento de placenta, así que esperaban que ambos, tanto Guadalupe como el producto, se salvaran. Mientras, el personal médico interrogó a la madre de Guadalupe sobre si su hija había ingerido algo para abortar. Entre juicios y señalamientos en su contra, el personal de salud le informó que daría parte a la Fiscalía General del Estado para proceder judicialmente contra su hija, por lo que le pidieron firmar un documento que decía que estaba enterada de que el caso pasaría a la Fiscalía, pero no le dieron copia ni más información al respecto.
Al día siguiente, trabajadores de la salud y elementos del Ministerio Público acudieron al cuarto donde se encontraba Guadalupe. Sin presentarse ni exponerle el motivo de su visita, comenzaron el asedio con muchas preguntas sobre su embarazo y si había ingerido algo. Ante la presión, ella respondió a todos los cuestionamientos. Los elementos tomaron nota de las respuestas, le hicieron firmar una hoja de declaración y le tomaron una fotografía. Nunca le solicitaron su autorización para tomar su declaración ni para fotografiarla, no le explicaron sus derechos ni le informaron que podía negarse a declarar, tampoco le explicaron el motivo o alcances de esa diligencia. Pese a ser menor de edad, no solicitaron la presencia de alguno de sus familiares y nadie se presentó como su abogado defensor, priorizaron esta actuación ante la salud de la paciente, pues nunca le dieron informes sobre su estado y a su familia sólo le daban datos contradictorios.
Guadalupe fue dada de alta. Ese mismo día, personal de la Fiscalía hizo que su madre firmara un documento donde se constaba que a partir de ese momento ella quedaba como responsable tanto de ella como del producto, además de solicitarle que llevara a Guadalupe a un psicólogo. Al día siguiente, la madre tuvo que acudir para sacar una nueva cita, cuando el personal ubicó el caso, comenzaron a tratarla de forma agresiva, la regañaron por no haber llevado con ella a Guadalupe y la hostigaron con cuestionamientos sobre su paradero.•
Pilar ingresó al Hospital de la Mujer. El médico que la atendió se dio cuenta de que había tenido un aborto incompleto. Sin saber qué iba a ocurrir con ella, Pilar decidió contar todo lo que había ocurrido. De inmediato, el hospital dio aviso a la Fiscalía General del Estado.
Al día siguiente la pareja y la madre de Pilar solicitaron un traslado a una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social, ya que Pilar les había dicho que sólo le habían practicado un ultrasonido y la dejaron ahí, sin informarle nada más, además de negarle medicamentos para el dolor y atención médica. Cuando la ambulancia llegó para realizar el traslado, personal de la Fiscalía les pidió confirmar sus nombres completos. Pilar fue ingresada al Hospital General de Zona No. 3 del IMSS, con un expediente que resaltaba las pastillas que había ingerido.•
Hortencia ingresó al Hospital de la Mujer. El personal de salud que la atendió le exigió hablar con la verdad sobre lo que había ocurrido, le dijeron que estaba perdiendo mucha sangre y, de hacerle un mal procedimiento, podría perder la vida. Asustada y en medio de una situación de emergencia, Hortencia les dijo que había tenido un aborto. El personal de salud siguió insistiendo con más preguntas sobre si había ingerido algo.
Hortencia, ante la exigencia del personal de salud, así como el único deseo de que todo pasara pronto, les dijo que el aborto fue provocado. Durante la madrugada, personal de la Fiscalía General del Estado se presentó ante ella para tomarle declaración: “¿qué tomaste?, ¿cuántas semanas tenías?, ¿tu pareja estuvo de acuerdo?, ¿cómo conseguiste las pastillas?, ¿tienes más hijos?’’. Durante estos cuestionamientos, Hortencia también fue fotografiada sin su consentimiento. No estuvo acompañada por algún abogado y en ningún momento le explicaron sus derechos.
Al día siguiente, al preguntar por su alta médica, el personal de salud le dijo a Hortencia que dada su situación penal ella no podía dejar el hospital hasta que los de la Fiscalía acudieran a tomar otra declaración y más fotografías.•
Jazmín fue ingresada al área de urgencias del Hospital de la Mujer. Al llegar en compañía de sus padres, el personal de salud le proporcionó una silla de ruedas dado que ella no podía ya sostenerse por sí misma.
Una doctora le informó a la madre de Jazmín que ya venía la placenta y le preguntó sobre el paradero del producto. Ante los cuestionamientos, los padres de Jazmín manifestaron que no tenían conocimiento del embarazo de su hija; sin embargo, el personal médico no les creyó.
Jazmín fue llevada al quirófano mientras sus padres eran interrogados por una trabajadora social, quien les informó que el hospital tenía que dar vista a la Fiscalía General del Estado sobre lo que estaba sucediendo y que requería saber dónde estaba el producto, y si estaba muerto, necesitaba saber si su hija lo había matado o había muerto de forma natural.
La Fiscalía entrevistó a toda la familia de Jazmín e inició en su contra una carpeta de investigación que colocaba a sus padres como denunciantes. La madre y el padre de Jazmín en ningún momento tuvieron la intención de acusar a su hija, simplemente querían que se le brindara atención médica y que el cuerpo del producto les fuera entregado para que pudieran velarlo y enterrarlo conforme a sus creencias. Fue por eso que respondieron a todas las preguntas e hicieron todo lo que las autoridades les indicaron.
El Hospital de la Mujer la retuvo y negó el alta a Jazmín en tanto la Fiscalía diera su visto bueno. •
“Y esas pastillas, ¿qué?”, le cuestionó a Eugenia la médica que la atendió dentro del área de urgencias en el Hospital General de Zona No. 3 del IMSS, a donde Eugenia acudió después de que una ginecóloga particular le indicara que tenía un aborto espontáneo en evolución y era necesario hacerle un legrado.
Eugenia fue trasladada al quirófano para que le realizaran el legrado, en ese momento ya se encontraban esperándola dos agentes del Ministerio Público y dos abogadas defensoras de oficio, pues el hospital había dado aviso del caso a la Fiscalía General del Estado. Ante el asedio de los agentes, Eugenia les contó que en mayo había intentado abortar. Por la mañana recibió la visita de una trabajadora social, quien le narró sus penurias como madre soltera, en una especie de regaño.
El día que la dieron de alta, Eugenia no recibió ninguna información sobre su incapacidad médica, así que tuvo que regresar al día siguiente para tramitarla y surtir la receta. Afuera se enteró que mientras ella era atendida, el personal del hospital había interrogado a su pareja, quien también les había contado sobre el intento de aborto en mayo, por lo que una de las abogadas de oficio le pidió que ya no diera más información, pues ahora la Fiscalía lo buscaba a él para que le “otorgara el perdón” a Eugenia y así ya no se procediera legalmente en su contra.
Eugenia fue citada a comparecer en el Centro de Justicia para las Mujeres para que se definiera el destino de los restos del producto y, como no acudió, recibió otro citatorio ahora en calidad de imputada, por lo que tuvo que presentar un escrito señalando que ella no contaba con los recursos para dar destino final a los restos y que los ponía a disposición del Ministerio Público.•
Lizbeth ingresó al Hospital de la Mujer. El personal de salud que la recibió comenzó a hacerle varias preguntas sobre lo que había ocurrido con ella. Al mismo tiempo, personal de la Fiscalía General del Estado intervenía con una entrevista completa, durante la cual estuvo presente un hombre que se presentó como su abogado defensor. Mientras Lizbeth aguantaba el asedio y los cuestionamientos, su abogado se sumaba a las voces que la intervinieron indicando que tenía que declarar con la verdad y no aceptar ningún tipo de estudio. Ella procedió a firmar algunas hojas con la esperanza de pronto poder salir de aquel lugar. Lo último que Lizbeth escuchó fue al personal de la Fiscalía diciéndole: “puede irse a su casa, nosotros determinaremos lo conducente a su caso’’.•
Guadalupe llegó acompañada por sus padres al área de urgencias del Hospital de la Mujer. Después de una revisión, les informaron que no presentaba desprendimiento de placenta, así que esperaban que ambos, tanto Guadalupe como el producto, se salvaran. Mientras, el personal médico interrogó a la madre de Guadalupe sobre si su hija había ingerido algo para abortar. Entre juicios y señalamientos en su contra, el personal de salud le informó que daría parte a la Fiscalía General del Estado para proceder judicialmente contra su hija, por lo que le pidieron firmar un documento que decía que estaba enterada de que el caso pasaría a la Fiscalía, pero no le dieron copia ni más información al respecto.
Al día siguiente, trabajadores de la salud y elementos del Ministerio Público acudieron al cuarto donde se encontraba Guadalupe. Sin presentarse ni exponerle el motivo de su visita, comenzaron el asedio con muchas preguntas sobre su embarazo y si había ingerido algo. Ante la presión, ella respondió a todos los cuestionamientos. Los elementos tomaron nota de las respuestas, le hicieron firmar una hoja de declaración y le tomaron una fotografía. Nunca le solicitaron su autorización para tomar su declaración ni para fotografiarla, no le explicaron sus derechos ni le informaron que podía negarse a declarar, tampoco le explicaron el motivo o alcances de esa diligencia. Pese a ser menor de edad, no solicitaron la presencia de alguno de sus familiares y nadie se presentó como su abogado defensor, priorizaron esta actuación ante la salud de la paciente, pues nunca le dieron informes sobre su estado y a su familia sólo le daban datos contradictorios.
Guadalupe fue dada de alta. Ese mismo día, personal de la Fiscalía hizo que su madre firmara un documento donde se constaba que a partir de ese momento ella quedaba como responsable tanto de ella como del producto, además de solicitarle que llevara a Guadalupe a un psicólogo. Al día siguiente, la madre tuvo que acudir para sacar una nueva cita, cuando el personal ubicó el caso, comenzaron a tratarla de forma agresiva, la regañaron por no haber llevado con ella a Guadalupe y la hostigaron con cuestionamientos sobre su paradero.•
Pilar ingresó al Hospital de la Mujer. El médico que la atendió se dio cuenta de que había tenido un aborto incompleto. Sin saber qué iba a ocurrir con ella, Pilar decidió contar todo lo que había ocurrido. De inmediato, el hospital dio aviso a la Fiscalía General del Estado.
Al día siguiente la pareja y la madre de Pilar solicitaron un traslado a una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social, ya que Pilar les había dicho que sólo le habían practicado un ultrasonido y la dejaron ahí, sin informarle nada más, además de negarle medicamentos para el dolor y atención médica. Cuando la ambulancia llegó para realizar el traslado, personal de la Fiscalía les pidió confirmar sus nombres completos. Pilar fue ingresada al Hospital General de Zona No. 3 del IMSS, con un expediente que resaltaba las pastillas que había ingerido.•
Hortencia ingresó al Hospital de la Mujer. El personal de salud que la atendió le exigió hablar con la verdad sobre lo que había ocurrido, le dijeron que estaba perdiendo mucha sangre y, de hacerle un mal procedimiento, podría perder la vida. Asustada y en medio de una situación de emergencia, Hortencia les dijo que había tenido un aborto. El personal de salud siguió insistiendo con más preguntas sobre si había ingerido algo.
Hortencia, ante la exigencia del personal de salud, así como el único deseo de que todo pasara pronto, les dijo que el aborto fue provocado. Durante la madrugada, personal de la Fiscalía General del Estado se presentó ante ella para tomarle declaración: “¿qué tomaste?, ¿cuántas semanas tenías?, ¿tu pareja estuvo de acuerdo?, ¿cómo conseguiste las pastillas?, ¿tienes más hijos?’’. Durante estos cuestionamientos, Hortencia también fue fotografiada sin su consentimiento. No estuvo acompañada por algún abogado y en ningún momento le explicaron sus derechos.
Al día siguiente, al preguntar por su alta médica, el personal de salud le dijo a Hortencia que dada su situación penal ella no podía dejar el hospital hasta que los de la Fiscalía acudieran a tomar otra declaración y más fotografías.•
Jazmín fue ingresada al área de urgencias del Hospital de la Mujer. Al llegar en compañía de sus padres, el personal de salud le proporcionó una silla de ruedas dado que ella no podía ya sostenerse por sí misma.
Una doctora le informó a la madre de Jazmín que ya venía la placenta y le preguntó sobre el paradero del producto. Ante los cuestionamientos, los padres de Jazmín manifestaron que no tenían conocimiento del embarazo de su hija; sin embargo, el personal médico no les creyó.
Jazmín fue llevada al quirófano mientras sus padres eran interrogados por una trabajadora social, quien les informó que el hospital tenía que dar vista a la Fiscalía General del Estado sobre lo que estaba sucediendo y que requería saber dónde estaba el producto, y si estaba muerto, necesitaba saber si su hija lo había matado o había muerto de forma natural.
La Fiscalía entrevistó a toda la familia de Jazmín e inició en su contra una carpeta de investigación que colocaba a sus padres como denunciantes. La madre y el padre de Jazmín en ningún momento tuvieron la intención de acusar a su hija, simplemente querían que se le brindara atención médica y que el cuerpo del producto les fuera entregado para que pudieran velarlo y enterrarlo conforme a sus creencias. Fue por eso que respondieron a todas las preguntas e hicieron todo lo que las autoridades les indicaron.
El Hospital de la Mujer la retuvo y negó el alta a Jazmín en tanto la Fiscalía diera su visto bueno. •